Carmen Magallón Portolés
Entre la ciencia y la vida. Historias de nuestras primeras científicas
Para alguien que no cree en el monocultivo del espíritu y tiene intereses múltiples, los tiempos de realización de los proyectos, a menudo los más preciados, se convierten en geológicos. Los más acariciados tienen así el riesgo de quedarse en el tintero. Por eso agradezco infinito la invitación que me hizo La Casa Amarilla para presentar mi mesa de trabajo. Una interpelación que me obligaba, me obliga, a retomar y dar un empujón a uno de esos proyectos siempre aplazados, el de presentar trayectorias de vida de algunas de las primeras científicas españolas, a las que seguí la pista tras incluirlas en Pioneras españolas en las ciencias (Madrid, CSIC, 1998 y 2004).
María Ángeles Naval
Clase media y literatura
En junio de 2015 organicé con Zoraida Carandell y Mercedes Yusta un encuentro sobre aspectos literarios y culturales de la Transición española en el Instituto Cervantes de París. Se tituló La Transición sentimental. En la Universidad de Zaragoza habíamos encadenado ya varios proyectos de investigación sobre la Transición que incluían la creación de una base de datos con novelas, películas, obras de teatro y de televisión que trataran sobre el tema. Ahora la estamos terminando. Antes habíamos publicado un libro, La Transición como relato. El relato de la Transición (2013), al que contribuí con un artículo sobre El día del Watusi de Francisco Casavella titulado «La Transición política española no ha tenido lugar». La trilogía de Casavella (2002-2003) hace un relato despiadado, humorístico, nihilista y destructivo del proceso político de la Transición. La visión de Casavella puede ponerse en relación con otras novelas que empezaron a menudear a partir de la crisis de 2007. Quizá 2011 sea el año que presenta más concurrencias narrativas en una línea parecida o análoga a la de Casavella. Es el año de publicación de Un momento de descanso de Antonio Orejudo, que habla de la Transición de manera escéptica, burlesca, anti-épica y valleinclaniana como la de Casavella.