Francisco Pellicer
Descubrir lo natural
Si tuviera que describirme ahora, diría que soy un curioso que va de flor en flor entre las diversas disciplinas que se ocupan de la naturaleza y del ser humano. Me gusta enormemente pasear y contemplar la sabiduría de la naturaleza y la de las gentes que usan el espacio. Camino frecuentemente deslumbrado por los paisajes que las distintas culturas han dejado impresos en la epidermis de la Tierra. No me gustan las explicaciones simples y quiero saber más de lo que veo. En este devaneo, surge mi necesidad de leer. Y leo las cosas más diversas, aparentemente incoherentes, muchas veces heterodoxas, otras crípticas y encerradas en la liturgia científica que exige ciertos ritos iniciáticos.
Así veréis mi mesa de trabajo como un caos de elementos aparentemente inconexos: libros (de ecología, geobotánica, urbanismo, paisaje o arte), fotografías aéreas, mapas… Un caos que, amasando con disciplina científica, trato de someter a un orden global que calme la zozobra de mi desconocimiento.
Y para aprender cosas nuevas necesito explicarlas. Por eso soy un feliz profesor. Me encanta desnudar a la ciencia de sus oropeles, de su solemnidad pontifical o doctoral, de sus índices de impacto… hasta que aparece el conocimiento desnudo y accesible.