La Casa Amarilla
Violencias in(visibles)
A lo largo de los siglos, las mujeres han debido reprimir su comportamiento, adecuarse a las maneras de ser y estar que el sistema patriarcal les exigía, refrendadas por la literatura y la abundante iconografía de imágenes ejemplares e instructivas que nos han educado y condicionado. Todo parece dispuesto para no avanzar. Y de hacerlo, las mujeres serán las únicas responsables de la violencia que se les inflige. Por histéricas, malhumoradas y gritonas. Además, claro, por insumisas, al atreverse a poner en tela de juicio o arremeter contra la primacía de la jerarquía que impone el orden patriarcal: nueva causa de desorden que hay que corregir sometiendo la voluntad emancipadora de las mujeres, resultado de las excesivas concesiones y derechos que han recibido.
Las hogueras continúan encendidas. Y Sara Quintero las pinta tras vaciar los escenarios donde grandes artistas situaron historias moralizantes en las que el cuerpo de la mujer era violentado.
Con motivo de la exposición Entre las cenizas de Sara Quintero en La Casa Amarilla, presentamos la «mesa de trabajo» ocupada por una selección de libros atentos al tema central del proyecto: las violencias (in)visibles ejercidas contra la mujer.
Sara Quintero. Entre las cenizas
30 de noviembre, 2019_8 de febrero, 2020
La Casa Amarilla presenta la primera exposición individual de Sara Quintero en la galería: Entre las cenizas es el título elegido por la artista para aludir directamente a los procesos contra las mujeres, víctimas de un sistema que además de violentarlas las deslegitima. Sobran ejemplos en todos los sectores, también en el artístico.
Como es habitual en su trabajo, Sara Quintero selecciona imágenes del pasado que actualiza, con el firme propósito de desvelar el poder que la imagen ha demostrado a lo largo de la historia para conformar nuestro mundo. La secuencia de dibujos y pinturas que configuran su exposición Entre las cenizas remiten, en su mayoría, a la iconografía de martirios cristianos en las obras de grandes artistas. No hay interés en contar detalles del martirio; lo que importa es mostrar los rescoldos de un fuego que permanece activo en la actualidad a través de mecanismos perversos que insisten en perpetuar una imagen de la mujer moldeada por acontecimientos que, aunque olvidados, incitan a la hostilidad y a la violencia.
La influencia de la Luna sobre la cabeza de las mujeres
En su ensayo Salvar las apariencias, el filósofo Owen Barfield establece tres fases en la consciencia humana del mundo: en la primera, que denomina «Participación original», y la describe lunar y orientada a la Diosa, existió un lazo sagrado entre Naturaleza y Humanidad. La apariencia visible y la fuente invisible eran uno y lo mismo, y la vida continuaba más allá de los sentidos. La segunda fase, «Retirada de la participación», comenzó cuando el Sol se estableció como fuerza gobernante y progresivamente se fue desvaneciendo la visión unificada de la Madre Tierra, y con ella la Diosa. La tercera fase, «Participación final», consistiría en recrear la antigua consciencia participativa mediante la Imaginación para restituir lo perdido.
El proyecto expositivo La influencia de la Luna sobre la cabeza de las mujeres convoca a cinco artistas: Louisa Holecz, Sandra Moneny, Charo Pradas, Sara Quintero y Marina Vargas, cuyas obras perseveran en el deseo de expresar el sonido del origen, desconfiando de la realidad de las cosas para dar luz a los paisajes interiores del imaginario. En sus obras la apariencia visible y la fuente invisible son lo mismo. La afinidad de las mujeres con la Luna permanece.