Víctor Silva Echeto
Crítica y comunicación. Sobre políticas de las imágenes
El ensayo Crítica y comunicación. Sobre políticas de las imágenes [Tirant, 2018] de Víctor Silva Echeto, y la «Mesa de trabajo» que presenta en La Casa Amarilla, forma parte de un conjunto de escritos sobre crítica, política, imagen y comunicación, al que pertenecen El conflicto de las identidades. Comunicación e imágenes de la interculturalidad (Institut de la Comunicació. Universitat Autónoma de Barcelona, 2012), Caos y Catástrofe (Gedisa, 2014) y La desilusión de la imagen (Gedisa, 2016). Ensayos que continuarán en la trilogía: Imágenes descarnadas (ensayos sobre el cuerpo), El movimiento de las imágenes y El tiempo de las imágenes. El proceso de elaboración se acerca mucho a un trabajo artesanal -al estilo de los proyectos Atlas y Constelaciones– con una escritura manuscrita en cuadernos de trabajo, imágenes extraídas de contextos políticos, sociales, estéticos y geográficos variados. Es un método arqueológico en post-it, que recupera la concepción de la imagen como distorsión del sentido, y se sitúa en la des-armonía y en el disenso de lo político.
En la hora azul
La memoria persevera en el deseo de imaginar a Sylvia Plath (Boston, 27 octubre 1932 _ Londres, 11 febrero 1963) durante la escritura de sus obras últimas. Febrilmente, que es mucha la urgencia. La hora, siempre la misma, entre las cuatro y las ocho de la mañana, antes de que sus hijos se despierten y las tareas domésticas le roben el día. Primero en Devon y meses más tarde en Londres. La noche más oscura va cediendo y en el intermedio: el azul, justo antes del amanecer. Sylvia Plath se asoma al azul sin dejar de escribir. Es su hora azul, casi eterna, como la poeta la describió, al decir de Paul Alexander, una feliz combinación de oscuridad y silencio.
Poeta visionaria calificó Xoán Abeleira a Sylvia Plath por su extraordinaria capacidad para trascender desde la escritura sus vivencias personales. Más que confesional, la poética de Plath no teme enfocar con dolorosa lucidez e insatisfacción los conflictos derivados de la imagen que la sociedad de su época exigía a la mujer. Plath intentó conciliar sus “deberes” de hija, esposa, amante y madre, con su ambición personal: ser escritora, la mejor. La exposición En la hora azul cita a Sylvia Plath y, con ella, a todas las mujeres creadoras que a lo largo de los años, y todavía hoy, se enfrentan a situaciones que dificultan su trabajo y su visibilidad pública.
Las obras en exposición son la expresión de muchas horas azules, tantas como artistas participan en el proyecto. Tiempos de creación.
Del natural
La obra del escritor Robert Walser inspiró el proyecto El paseo. Intervenir la ciudad que inauguró la temporada 2017-2018 en La Casa Amarilla. Quisimos celebrar el centenario de la edición de su libro El paseo para contagiarnos de su experiencia. Fue así como nos convertimos en paseantes privilegiados de Zaragoza, ciudad en la que residimos, motivados por el deseo de conocerla mejor y atender, desde el análisis y la reflexión, a la potencialidad de lo urbano. El proyecto incluyó la edición de dos cuadernos que recogen las intervenciones de artistas y profesionales en los más diversos ámbitos que participaron en el programa.
Del natural da título a la última exposición de la temporada en La Casa Amarilla. Una cita a W. G. Sebald, admirador de Walser, cuya mirada poética y crítica compartimos. Todo se derrama en las obras presentes en este proyecto, atravesado por un deseo de geografías que busca fijar las grietas.
Louisa Holecz. Out of Body
La secuencia de pinturas y esculturas que Louisa Holecz (Londres, 1971. Reside en Zaragoza desde el año 2000) expone en La Casa Amarilla, con el título de Out of Body, evidencia en su fidelidad a determinados temas la que considera es una de las funciones del arte, sino la principal: hacernos conscientes de la inevitabilidad de la muerte.
Louisa Holecz pinta cuerpos que escapan, escenarios de tránsito e intermedios, intentando hacer visible lo que excede toda visibilidad. Por eso sus imágenes son turbadoras e inquietantes. El arte es presagio y su enigma no ha de ser descifrado.
Teo González. Arch Drawing
Tiempo para la reflexión. Eso es lo que se reclama en el ciclo «Ante la imagen» que acompaña a las exposiciones de La Casa Amarilla. Un tiempo necesario para mirar, ver y saber las obras en compañía de especialistas en las más diversas disciplinas cuyas reflexiones nos ayudarán a situarnos ante las imágenes. O, al menos, a interrogarlas.
La exposición Arch Drawing de Teo González en La Casa Amarilla celebra el regreso del artista a Zaragoza. Han pasado trece años desde su última individual en la ciudad, cuando presentó en el Museo Pablo Serrano una secuencia de obras que eran el resultado de un complejísimo método de trabajo iniciado en 1990. Aquel año significó mucho para Teo González pues fue entonces cuando supo la dirección que debía tomar aunque no tenía claro cómo llegar. Un poco en la línea de Frank Stella cuando, en 1960, observó que los dos problemas de la pintura eran averiguar qué es la pintura y cómo se hace una pintura. Cuestiones en las que Teo González persevera.
El paseo. Intervenir la ciudad
Entre las actividades organizadas con motivo de la exposición El paseo. Intervenir la ciudad figura el ciclo «Ante la imagen», a cargo de quienes nos han brindado sus paseos, haciendo con ellos ciudad. Porque estamos convencidos de que pasear, un acto tan sencillo, es una estrategia social y política que nos permite pensar, reflexionar, debatir, interrogar y proponer nuevas posibilidades a explorar para pensar y restaurar la ciudad.
Lina Vila. La tinta y la hierba
Tiempo para la reflexión. Eso es lo que se reclama en el ciclo «Ante la imagen» que acompaña a las exposiciones de La Casa Amarilla. Un tiempo necesario para mirar, ver y saber las obras en compañía de especialistas en las más diversas disciplinas cuyas reflexiones nos ayudarán a situarnos ante las imágenes. O, al menos, a interrogarlas.
Para su exposición en La Casa Amarilla, Lina Vila ha pintado un jardín. Qué mejor motivo para celebrar los veinticinco años que han pasado desde su primera exposición individual en 1992. Y para celebrar la memoria de su padre, Pedro Vila, que le enseñó a apreciar la naturaleza y las plantas. Su huerto era su paraíso. Ahora aquel huerto es el espacio utópico de Lina Vila. Los jardines, ha escrito Santiago Beruete, nos hablan de la nostalgia de lo que una vez fue y de lo que nunca podrá ser, de tal modo que la pasión que los seres humanos han sentido a lo largo de la historia por construir jardines, se fundamenta en el deseo de evadirse de la realidad y en el anhelo de retornar a la naturaleza. Lina Vila siente bienestar y equilibrio en el jardín de su casa y en el deseo de hacer permanentes esos sentimientos, lo pinta.
Nacho Bolea. Arsenal
Tiempo para la reflexión. Eso es lo que se reclama en el ciclo «Ante la imagen» que acompaña a las exposiciones de La Casa Amarilla. Un tiempo necesario para mirar, ver y saber las obras en compañía de especialistas en las más diversas disciplinas cuyas reflexiones nos ayudarán a situarnos ante las imágenes. O, al menos, a interrogarlas.
Debemos permitir que las imágenes atroces nos persigan, decía Susan Sontag, convencida como estaba de que aunque no consigan abarcar la mayor parte de la realidad a que se refieren, cumplen una función esencial: esto es lo que los seres humanos se atreven a hacer y quizá se ofrezcan a hacer, con entusiasmo, convencidos de que están en lo justo. No lo olvides.
Y Nacho Bolea toma nota en sus ensamblajes, collages y objetos. Los desastres de la guerra abren su exposición en La Casa Amarilla, para no olvidar, porque como recordó Sontag: recordar es una acción ética.
Javier Peñafiel. Tu extrema higiene
Tiempo para la reflexión. Eso es lo que se reclama en el ciclo «Ante la imagen» que acompaña a las exposiciones de La Casa Amarilla. Un tiempo necesario para mirar, ver y saber las obras en compañía de especialistas en las más diversas disciplinas cuyas reflexiones nos ayudarán a situarnos ante las imágenes. O, al menos, a interrogarlas.
«La actividad artística no es higiene», escribe Javier Peñafiel. «Tu extrema higiene es la insalubridad de otros», concluye el artista.