José Noguero
Serie: Kokyu
Espacio La 2 – Mayo, 2025
Las pinturas de José Noguero se enredan fértiles con las palabras de Delfín Rodríguez: «los paisajes pintados o pensados, pueden, deben y suelen ser tan confusos como las estaciones o las sombras, sin límites precisos, siempre fragmentos de una totalidad infinita, de un cielo sin riberas. De una totalidad, situada en el extremo del silencio«.
Cuando no pinta, Noguero regresa a la lectura de la filosofía hindú Maya que desde hace años le ilumina en el salto sobre el abismo de la creación pictórica, en el brinco que, de algún modo, suaviza la encrucijada amenazante de la destrucción presente siempre, desde el origen, en toda creación. Maya, que puede traducirse como ilusión, espejismo o irrealidad, es la energía divina de la que emana el mundo según las upanisad, textos sagrados o doctrinas secretas hindúes, que sostienen la permanencia de ciertos vínculos ocultos entre los distintos elementos de lo existente, de ahí que, como ha escrito Juan Arnau, se trate de un arte del descubrimiento de las afinidades que componen la urdimbre del mundo. Profundizar en tales afinidades es el propósito que guía la pintura de Noguero cuyo tema, ya lo hemos dicho, es la pintura misma, lo único real.
A la pintura y la lectura se une la práctica de la respiración Kokyu-ho, que permite a Noguero encontrar en lo más profundo de su ser las imágenes que dan forma a lo sin-forma: figuras del pintor y del pintar, al decir de Delfín Rodríguez; representaciones que suceden en el interior de la pintura, más allá de que el motivo externo sea o no real.
Imagen:
Kokyu oscuro, 2019
Acuarela, tinta, grafito, lápices de color, pasteles de óleo sobre papel
38 x 32 cm